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La puerta se abre un poco más para la avena con destino a forraje

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La firma de un protocolo para exportar a China avena deshidratada brinda una oportunidad al agricultor de Castilla y León, siempre que no pierda de vista la calidad. A la hora de abonar hay que tener en cuenta si el cultivo va para forraje o para grano

Uno de los cereales minoritarios que este año pueden incrementar su superficie es la avena. Rafael Rubio, director general en Forrajes y Proteínas, la deshidratadora con sede en Villalar (Valladolid), prevé la disminución de las siembras de trigo, con un incremento de otros cereales más rústicos y menos exigentes, como la propia avena.

Esta producción se puede destinar a forraje o a grano, como recuerda Rubio, y en ambos casos se debe abonar adecuadamente si se desea tener producción. Porque una cosa es que sea poco exigente y otra que no necesite nutrientes.

En caso de que la avena se destine a forraje el agricultor puede aportar menos NPK en fondo, mientras que el nitrogenado “será absolutamente fundamental” para obtener un rendimiento adecuado. “Si no hay un correcto abonado de cobertera se estará jugando miles de kilos por hectárea”, advierte.

Otro factor que puede beneficiar al cultivo es que recientemente se ha aprobado un protocolo para vender avena deshidratada a China. Todas las empresas que se hayan adherido a él, como Forrajes y Proteínas, pueden realizar esa exportación.

Para que el agricultor de Castilla y León acabe enviando su avena al gigante asiático, el producto debe ser adecuado de conformidad a tres parámetros de calidad: los azúcares o carbohidratos solubles en agua (WSC), el valor alimenticio relativo (RFV) y la cantidad de proteína. En función de esas características, además, el precio que reciba el agricultor será mayor o menor.

Para Rafael Rubio, se abre para la avena una ventana importante dentro del abanico de cultivos. Se trata sin duda de un cultivo con mucho recorrido, “siempre que no se pierda de vista esa calidad exigida”, muy relacionada con la fertilización adecuada y con el resto de prácticas culturales.

Por ejemplo, es importante elegir bien el momento de la siega, que en el caso de la avena para forraje debe ser el momento del desborrado, cuando la espiga sale de la vaina y se encuentra entre la floración y la madurez lechosa.

Otro de los cultivos poco exigentes que pueden tener un crecimiento importante es el de la veza, que este año tiene el inconveniente de la escasez de semilla. “Pese a ello se sembrará mucha”, prevé el responsable de Forrajes y Proteínas.

Junto a la avena y la veza, completa la terna de cultivos forrajeros la alfalfa, un cultivo que sigue siendo rentable para el agricultor. “Este año, pese a las altas temperaturas y la ausencia de lluvias, la alfalfa de secano ha dado producción a un precio muy interesante”, recuerda Rubio, para quien “los precios van a seguir en los mismos niveles el año que viene, e incluso más allá”.

Esta previsión, junto a tratarse de un cultivo con pocos gastos, hace que tenga por delante mucho recorrido en Castilla y León. También en el regadío, puesto que, ante la incertidumbre en relación con el agua, el agricultor sabe que puede aportarla mientras le sea posible y obtener producción. Si en un momento dado ya no puede seguir regando, la planta seguirá allí el año que viene y habrá tenido una remuneración, a diferencia de lo que sucede con otros cultivos de regadío. “Sin riego el cultivo no se compromete, porque no se seca”, recalca.